miércoles, 21 de noviembre de 2012

...Único?

Hablar mil horas sin detenerme, sin errar, sin mirar, simplemente sintiendo como se escapan y desparraman las palabras desde mi boca. Pensar, pensarte, pensarnos, pensarme, pensaba y cómo y cuánto pesaba aquel manto sobre mi cabeza.
Es como si te tuviera en la yema de mi dedo índice y te bajaras en la comisura de mis labios, es como si tu cabello nos abrazara hasta llenarnos con su aire de indesición y mojar tu mirada de verde esmeralda.
Cuánto te quiero y cuánto te quise, y cuánto y cómo te querré nuevamente por la lejanía de tu hablar y la dulzura en tu sonreir.
Te espero ocho veces con la mirada clavada, con el alma en pedazos y un corazón exhalado, una boca llena de hermosas falacias y un rosario de exclamaciones, interrogaciones y puntuaciones.
Tanta habladuría y tanta parafernalia para concluir infinitas veces dos palabras que me estremecen, me acaloran, me irritan y me pintan por completo de azul... Dos palabras como las que pronunciabamos una o dos vidas atrás, quisiera recordar con exactitud. Las mismas dos palabras sobre las cuales se puede construir el mejor de los rascacielos y demoler la vida, el pensar y el existir de un hombre...
Cuántos pensamientos, cuántas palabras, cuántos dedos, cuántos colores... cuántos colores.

lunes, 25 de junio de 2012

He


He dormido cinco veces hoy, he soñado 35 sueños diferentes, he mirado 7 paisajes distintos, he llorado 3 veces, también.
He tomado su mirada 9 veces para besarla 16 veces, he acariciado su vientre para hacerla reír 800 veces, he tomado su mano 2 veces para salir a comprar y 3 veces más para llevarla a la alcoba.
He escrito más de mil palabras hoy, he inventado una sinfonía completa en mi mente, he tomado la guitarra un par de veces para no olvidar como se sienten las cuerdas en la yema de mis dedos, he alzado la voz diez veces para no olvidar como suena la exasperación en mi garganta.
Le he pedido que me cante para lograr conciliar el tiempo una vez, hace un par de años. He sentido la lluvia en mis parpados y cayendo por mis mejillas y por mi nuca y por mis brazos y por mis piernas, he acariciado una flor, un árbol, el pasto más de cien veces, he escrito incoherencias por más de 5 años para desahogar el alma y he agotado cuántas veces el mismo lápiz en mi escritorio.
He tenido que encender velas tras un terremoto, he tenido que bañarme en un lago para arrancar dolores de cabeza, he tenido que subir a un catamarán para cantar a voz viva y he podido besar como si se me acabara la vida.
He logrado entonar aquella hermosa melodía, he logrado hacer que mi madre se sienta orgullosa de mi, he logrado tomar la vida ajena como si fuera la propia y llorar con un dolor externo al mio, distinto al mio, ajeno al mio y he logrado reír y llorar riendo, y sufrir riendo, y reír llorando…
He despertado hoy en la mañana con todo esto en mi mente, he mirado el techo y pensado de repente “Si estoy tan contento conmigo mismo, y he logrado hacer tanto y salir de mi abismo ¿por qué diablos aún despierto cada mañana como si estuviera vacío, como si fuera el mismo de antes, el que miraba sin ser visto?”

domingo, 27 de mayo de 2012

Some Realism


Te miré parado ahí, con tus manos finas y tus ojos tristes, amando como nunca, amando sin frenos, sin pudores; más bien sin esperar ni entregar nada, sin necesitar nada. Ese ente inexistentemente tangible, admirable, tan lleno de pasión y de egoísmo.
Te vuelvo a mirar, con tus ojos perdidos, creyentes de un futuro utópico y de un acogedor cortinaje que te viste de rojo y luego de amarillo. Y te quedas ahí, sentado, parado, recostado. Sonriente en tus fantasías.
Tomo tu mano caprichosa de amor, me miras al fin, te das cuenta que existo. Me miras nuevamente y soy yo ahora quién inventa una utopía, quién se vuelve egoísta. Y una vez más amas al aire.
Suenas dulce como el sol mayor, amargo como el café, azul como tus dedos; suenas ave como tus ojos.
Vuelves a amar, admirable, azul y ave, y me doy cuenta de la falsa realidad en tu imagen de sol mayor, y que lo único que es real y me pertenece solo a mí en todo el escenario son un par de flores, el cielo nublado de estrellas y tu sonrisa de miel que se estrella contra el azul y el café y el rojo y el amarillo… Pero son míos, y nada más que míos.

martes, 10 de abril de 2012

Please Don't Forget Me...

Como escribir la carta con fonemas,
Como tomar el cielo con pinzas,
Como bailar bajo el árbol más grande…
No hay como las cartas de entonces.

Pero día a día yo tomo,
Con amor y asombro,
El duce bailar sobre tus hombros,
El amar de tus ojos.

Pero solo te pido:
Please don’t forget me,
Las notas de entonces,
Las sílabas del cruce,
Please don’t forget me
Please don’t… Don’t forget me.

En el abismo de tus pensamientos,
Me pregunto si te encuentras ahí… Ausente como el viento matutino.
Y cuando despierto te miro…
Solo pienso

Please don’t forget me,
Remember me till the end of times,
Don’t forget me,
Sing our song for ever…
Sing the rainbow and don’t… Don’t forget me.

lunes, 6 de febrero de 2012

F.L.A.V

Sentada estaba ella a un lado del escenario, aburrida y ansiosa a la vez, lucía preciosa en ese vestido azul. Un payaso anuncia: "¡Y ahora del na bienvenida a nuestro mejor acrobata y trapecista!"
Entra él con temple calmo, sin mostrar sus nervios que ya eran profecionales. Comenzó el acto; sus manos, piernas, brazos... incluso su alma, se desplazaban con gracia por el escenario y el trapecio. Lo estaba dejando todo en el acto.
Ella lo miraba anonadada, tan emocionada y conectada con la música, que su corazón daba fuertes golpes en su pecho y sus ojos brillaban de exitación.
Las luces bajaron la tonalidad y todo se volvió noche entre él y ella, aún cuando era día. Ella lo miraba embobada; enamorada. Y lloraba, porque lo sentía a él tan dentro en su ser, porque eran solo ellos dos en la carpa, a pesar de la multitud.
Él no la miró, él no supo que era ella, pero en su interior sentía una luz, un tibio fulgor, y se entregó por entero al danzar del trapecio con sus hombros grandes y su pelo amarrado con un gracioso moño.
Bajó del aparato, cual ángel, terminando el número. Ella lloraba, tan alegre como nunca al verlo descender.
Saludó finalmente al público, agitado y exaltado, y se retiró por atrás. La obación recibida le puso la piel de gallina mientras se retiraba, como un soplido tierno en su desnuda espalda. Se estremeció.
Ella se retiró de los asientos, buscandolo por todos lados para felicitarlo; hace años que nadie era capaz de robarle una sonrisa tan sincera. Buscó con la mirada a todos lados, mas sus ojos no lograban dar con la imágen del chico. Su vestido azul se agitaba con el dulce bailar de su angustiada busqueda.
Y el día volvió a ser día, y así la imagen del trapecista quedó plasmado en su retina, aún sabiendo que nunca más lo iba a ver de nuevo. Aquella sonrisa angelical no podía ser robada nunca más de su interior.
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Ya es casi un año de aquello...

Aún te recuerdo

Recuerdos; palabras que me invaden, pensamientos que nunca debieron existir... Recuerdos, recuerdos.
Recuerdo claramente la primera vez que te miré a los ojos... ¡Oh! ¡Pero cómo te miraba! Embobado por la hermosura en tu mirar, y tú me ignorabas.
"Hola", "Adios", "¿Cómo estas?"... Y en eso quedaban nuestros encuentros..."Hola", "Adios". ¿Cuántas veces habrán sido solo esas nuestras palabras? Y aún así te extraño.
Tus ojos ¿Por qué son tan diferentes tus ojos de ti?; miraas como una niña, y sin embargo te ves tan fuerte, tan intocable. Miras como enamorada, tal vez de la vida o del aire.
Nos miramos, nos saludamos, y nos miramos otra y otra vez. Y yo te quiero intensamente y tú a mi, pero nuestro orgullo es más grande aún que eso, y nos quedamos en miradas esperando a ver quién cae primero y lo grita a los siete vientos con desdén: ¡Te quiero!.
Y así se nos fue la vida.
Nos distanciamos, crecimos...Maduramos. Nos alejamos... ¡Por Dios! ¡Nos alejamos!
"No te imaginas cuánto te odio", y te etrañaba, sin embargo. Pero te odiaba por ser tan orgullosa como yo, por ser tan inmadura como lo fui, sin duda algúna, yo.
Y aún te extraño, pero eso ya no cambia nada. Y te recuerdo con un cariño enorme, pero no es suficiente... Y solo me quedo en un infimo lamento ocioso: "Si tan solo pudiera verle una vez más a los ojos... Tal vez sería diferente"; Vil mentira.

El Ilusionista

Soy el perfecto ilusionista, soy capás de transformar todo lo que me rodea; relámpago en nieve lluvia en arcoiris, pantano en pradera, desierto en bosque.
Lleno los vacíos con palabras y más palabras...Se las lleva el viento, pero qué más dá, las puedo decir una y otra vez para llenar esos huecos en el alma.
Escondo las durezas e impurezas tras una cortina de terciopelo. Desaparesco la tristeza con una sola mirada y hago flotar los malos sentimientos hasta simplemente eliminarlos.
Ahogo un grito desesperado en una pecera, vuelvo a la vida cuantas veces yo quiera, dejo huella donde quiera que valla y al menos una sonrisa robo al que la necesita.

Soy el perfecto ilusionista; ruido en sonido, melodía en armonía, llanto en risa... Tristeza vacía en alegría.